Aunque quizás no lo parezca, elegir la vajilla de tu restaurante es una de las decisiones más básicas e imprescindibles para nuestro negocio. La vajilla, a parte de ser un instrumento necesario para el servicio de mesa, dice mucho de la personalidad y el tono de nuestra marca y es parte de la experiencia del cliente en nuestro restaurante.

Por lo tanto, debemos tener claro que no debe ser una elección escogida al azar. Es importante tener en cuenta una serie de criterios para encontrar los platos, vasos y cubiertos que mejor encajan con nuestro negocio. ¿Cómo elegir la vajilla de nuestro restaurante? 

 

Materiales

Se trata de uno de los aspectos más importantes. La composición de la vajilla determina su resistencia y su valor práctico. Dependiendo del tipo de negocio que tengamos deberemos priorizar ciertos materiales antes que otros según sus características. Por ejemplo, si nuestro restaurante tiene una rotación de clientes muy elevada, la mejor opción es una vajilla resistente. 

También hay que pensar en el hecho del lavado de la vajilla. Dependiendo de su material, será óptima para su lavado en lavavajillas o solo podrá efectuarse este a mano. Además, otro factor relevante es el espacio que ocupará y si disponemos del suficiente para su almacenamiento y su puesta en la mesa. 

Actualmente, existe una gran variedad de materiales, más o menos económicos. Durante muchos años, los más usados han sido la porcelana, el vidrio y el cristal. En los últimos tiempos se ha ideado vajilla con materiales alternativos como la loza, la melamina o la pizarra.

 

Diseño

Es otro factor a tener en cuenta. Como hemos comentado antes, la vajilla de nuestro restaurante debe ir de la mano con la personalidad y tono de nuestra marca. Existen diseños elegantes, clásicos, prácticos u originales. Debemos pensar qué tipo de vajilla se ajusta mejor a nuestro valor de marca y qué pretendemos mostrar con ella. La vajilla es uno de los elementos que forman parte de la llamada “neurogastronomía”.

 

Precio

Un restaurante es un negocio y, por lo tanto, debemos tener en cuenta que la vajilla es un coste más. Según el diseño y la composición de la vajilla, su precio será uno u otro. Es importante pensar que si optamos por un material de calidad y resistente, probablemente lograremos alargar la vida de la vajilla y amortizar parte de su coste. Si por lo contrario, optamos por un material de baja calidad, quizás la corta vida de los instrumentos hará que lo barato a lo largo salga caro.